Salario emocional
Las últimas generaciones incorporadas al mercado laboral, los millenials y la generación z, uno de los principales aspectos que consideran a la hora de valorar una oferta de trabajo, es junto con la retribución monetaria, aquellas otras remuneraciones que suponen una mayor calidad de vida, permitiendo compatibilizar la vida laboral y la personal. Esto se denomina salario emocional.
Como ejemplo de salario emocional podríamos citar la flexibilidad horaria, los planes de formación extracurricular y el teletrabajo, Todos ellos incrementan la motivación profesional del individuo, además de generar un sentido de pertenencia que sin duda, redunda en la rentabilidad de la propia empresa, a través de menores gastos generales en el proceso de reclutamiento, menores índices de rotación de personal, y un ambiente laboral más eficiente.
La creciente importancia del salario emocional, componente en la retribución del personal, obliga a los departamentos de Recursos Humanos a una nueva orientación de sus procesos de reclutamiento, diseñando ofertas que contemplan aspectos que vayan más allá de la mera remuneración monetaria. Esto además cobra espacialmente gran importancia debido a la gran ola de adaptación digital la cual pone en evidencia la relevancia de un proceso de reclutamiento más digitalizado a la vez que eficiente.