En el panorama actual, donde las empresas compiten con fiereza en cualquier ámbito de la economía, la selección de personal debe cobrar la importancia que merece, puesto que las personas con las que cuenta cada organización son las que consiguen lograr los objetivos, ventas, ejecutar servicios, generar productos…

El talento es una de las variables más importantes que una empresa necesita para lograr sus objetivos. Además, es imprescindible contar con empleados capaces, motivados, además de bien dirigidos para lograr la competitividad empresarial necesaria y deseada.

Cuando se afronta un proceso de selección se puede caer en multitud de errores, enumeramos algunos, no definir bien el perfil deseado, dejarse llevar por las prisas, errores en los requisitos, no tener en cuenta el encaje personal…

Si el proceso de selección no se realiza correctamente las consecuencias se harán notar en los resultados de la empresa. El primer síntoma será la pérdida de productividad en el equipo. La persona incorporada necesita formación en la empresa, si este proceso de onboarding no se realiza de una manera correcta o no se hace sobre la persona correcta, el equipo o responsable que le enseñe, dejarán de hacer sus labores por formar al nuevo empleado en los procesos y características propias de su nueva compañía.

Otra variable a tener muy en cuenta, son los costes ocasionados por la mala selección (ofertas de empleo, proveedores externos…) y el consiguiente despido del candidato mal incorporado. Hay otras facetas de un mal proceso de selección que no son fácilmente convertibles en cifras pero que influyen directamente en el resto de empleados. Descenso de la confianza en la empresa de la que forman parte. El exceso de rotación, genera considerables pérdidas de imagen ante clientes y entre compañeros. Finalmente, el mal ambiente puede volver tóxico cualquier clima laboral.

Una buena incorporación, produce un círculo virtuoso en la organización, puesta en valor de los conocimientos y experiencias aportados por las personas recién incorporadas, nuevo empuje a los servicios o productos de la empresa, motivando al resto y generando notables sinergias. Este empuje se debe reflejar en los resultados de la compañía más pronto que tarde.

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